Una joven saharaui
que estudia en la universidad de Marrakech,
Rabab Amidan, ha denunciado la salvaje represión
de que son víctimas los jóvenes de dicho país
que estudian en las universidades marroquíes, y
que ha causado numerosos detenidos, en una carta
de testimonio que fue hecha pública el domingo
en París.
"Se están produciendo una multitud de
acontecimientos sangrientos en las universidades
marroquíes", escribe la joven estudiante a un
periodista noruego en una carta que ha sido
publicada por la Asociación Francesa de Amistad
y Solidaridad con los Pueblos de Áfrique (AFASPA).
"Se han producido centenares de víctimas y
muchas detenciones, se nos ataca siempre en los
períodos de exámenes, especialmente a fin de año",
continúa.
En Agadir, "desde el miércoles 2 de mayo hasta
hoy han sucedido cosas horribles. Los
estudiantes saharauis han sido ferozmente
atacados por estudiantes marroquíes respaldados
por el Gobierno de Marruecos", ha denunciado,
concretando que los agresores "iban armados con
porras de hierro y han herido gravemente a un
centenar de estudiantes saharauis".
"Además, las fuerzas de policía marroquí
entraron en la parte de la universidad en que
viven los estudiantes saharauis en dos ocasiones,
durante las noches del 2 y el 3 de mayo, para
torturar salvajemente y llevarse detenidos a más
de 30 saharauis, de los que 5 fueron
encarcelados", añadió, citando los nombres de
cerca de 25 víctimas de tortura y de 5
estudiantes detenidos.
"En Marrakech iniciamos una huelga de hambre
para denunciar lo que había pasado en Agadir",
cuenta la estudiante saharaui,
precisando que los estudiantes saharauis "se
manifestaron para protestar contra el Gobierno
marroquí, que nos reprimió de manera
salvaje y violenta".
Para respaldar su crónica de la resistencia
estudiantil saharaui, Rabab Amidan señala que
"el 9 de mayo las fuerzas marroquíes irrumpieron
en el recinto de la universidad durante una
concentración". "Algunos estudiantes se salvaron,
pero los que presentaron cara a los marroquís
fueron salvajemente torturados, hasta tal punto
que a estudiante Sultana Jaya ha perdido el ojo
y otra, Sumaya Abdeddayem, sufrió heridas de
arma blanca en el vientre".
La estudiante Rabab Amidan sigue contando en su
carta que a ella la golpearon "con una porra de
hierro en las partes sensibles y con una piedra
en la cabeza", mientras que a otro estudiante
saharaui llamado Abdati "le fracturaron los dos
pies".
La descripción de los daños sufridos se encadena
con una larga serie de atentados contra los
derechos humanos, como por ejemplo : "camino del
hospital, la policía nos torturó en la
ambulancia", y "Abdati fue llevado directamente
a la comisaría, donde lo torturaron de nuevo y
lo arrojaron a una celda sin haber recibido
atención médica", o incluso "no nos atendieron,
únicamente nos torturaron".
"Cuando Sultana pidió a su torturador que parase,
porque no podía soportar más el inmenso dolor de
su ojo arrancado, éste la golpeó en el otro ojo
amenazándonos con quemarnos vivas", escribe la
estudiante saharaui.
"LLegamos al hospital en un estado lamentable,
rodeados de fuerzas de policía, nos tiraban de
los pelo, nos escupieron encima, nos insultaron
y nos abofetearon", continúa.
"Después la policía nos metió a los tres en un
coche, donde nos torturaron psicológicamente y
nos violaron" y "llegamos a la comisaría de
Jamáa Lefna, donde nos interrogaron a pesar de
nuestro estado de shock, en particular a Sultana,
a la que el ojo no le dejaba de sangrar", puede leerse en esta carta de testimonio.
Rabab Amidan da libre curso a sus emociones,
describiendo que "la policía nos llamó a una
tras otra para interrogarnos, pero no fueron más
que humillaciones lo que nos hicieron", y "fuimos
puestas en libertad el 10 de mayo", pero "la
policía nos siguió para saber dónde vivíamos.
Nuestras casas se convirtieron en puestos
militares".
La estudiante se indigna, por otra parte, sobre
lo sucedido a Sultana, que "fue torturada de
nuevo en la ambulancia por el mismo torturador y
después arrojada a una sala vacía de un hospital
devastado" donde "la obligaron a firmar muchos
papeles a la fuerza. Tuvo una mala intervención
quirúrgica y ha perdido el ojo para siempre".
Describiendo otras escenas de tortura, Rabab
Amidan continúa su crónica con la manifestación
de unos veinte estudiantes. Cita lo sucedido el
11 de mayo en Casablanca, cuando "algunos
estudiantes saharauis se manifestaron para
apoyarnos. A primera hora de la tarde, las
fuerzas de policía marroquí rodearon la
universidad, y varios estudiantes marroquíes
armados irrumpieron en las habitaciones de los
estudiantes saharauis y los golpearon, saqueando
y robando sus utensilios personales".
"Se dispersó a los estudiantes saharauis y 7 de
ellos, gravemente heridos, están en el hospital.
Los más gravemente lesionados son Swelam Lerzal,
que fue quemado, Cherkawi Yussef, al que lo
golpearon en la cabeza, los brazos y los pies, y
Baiban Mohamed Ali. Omar Sayeh fue herido con un
cuchillo, la policía lo torturó durante el
trayecto en ambulancia y fue arrojado a una
celda sin haber sido curado", continúa el
testimonio de la estudiante Rabab Amidan.
La ciudad de Rabat fue escenario también de esas
violencias policiales de las que informa la
estudiante saharaui, que ha indicado que "las
protestas de los estudiantes saharauis seguirán".
"Esta es la política continuada de Marruecos con
los estudiantes saharauis en período de exámenes,
para que no estudiemos, para que no nos formemos,
ignoremos nuestros derechos y no tomemos
nuestras responsabilidades", concluye pidiendo
ayuda porque, según afirma, "la situación
empeora cada vez más".
|