Las negociaciones entre el Frente Polisario y el
reino de Marruecos, que comenzaron al final de la
mañana del lunes en las cercanías de Nueva York
''inauguran une nueva fase en la búsqueda de une
solución'' al conflicto del Sáhara Occidental,
declaró el secretario general adjunto de Naciones
Unidas para asuntos políticos, B. Lynn Pascoe, en
sus palabras de apertura.
Hablando en nombre del Secretario General de la
ONU, Pascoe invitó a las dos partes en conflicto,
Marruecos y el Frente Polisario a negociar ''de
buena fe" y en un clima sereno reafirmando la
decisión de Naciones Unidas de asistirlos en sus
discusiones para encontrar una solución política
al conflicto del Sáhara Occidental, precisó el
lunes la portavoz de la ONU, Michele Montas.
El secretario general adjunto para asuntos
políticos enfatizó el hecho de que el bloqueo de
la situación en el Sáhara Occidental se ha hecho
''intolerable'' y que las diferencias que
enfrentan a Marruecos y al Frente Polisario deben
''llegar a una conclusión a través de una solución
mutuamente aceptable ''que pueda permitir al
pueblo del Sáhara Occidental ejercer su derecho a
la autodeterminación”, continuó Michele Montas
desde su oficina de prensa en la sede de la ONU en
Nueva York, citando al Sr. Pascoe.
"El Secretario General (de la ONU), el Consejo de
Seguridad y evidentemente el conjunto de la
comunidad internacional están muy interesados en
el acontecimiento que tiene lugar hoy'', estimó la
emisaria de Ban Ki-moon dirigiéndose a las
delegaciones presentes en la primera ronda de las
negociaciones de Manhasset.
"Ha llegado el momento de encontrar una solución''
al conflicto del Sáhara Occidental, ha afirmado el
secretario general adjunto para asuntos políticos,
deseando ''buena suerte'' a los negociadores
saharauis y marroquíes, señalando la completa
disponibilidad de la organización internacional
para aportar su apoyo al proceso de negociaciones
''sea cual sea el camino escogido".
Después de las reuniones plenarias marcadas sobre
todo por la declaración de B. Lynn Pascoe y otras
cortas intervenciones de los jefes de las
delegaciones de Marruecos y del Frente Polisario,
los negociadores de las dos partes en conflicto
continuaron sus debates en ámbito restringido a
puerta cerrada con la presencia del Enviado
Personal del Secretario General para el Sáhara
Occidental, Peter Van Walsum, en calidad de ''facilitador''
o de "mediador'', se explica en la ONU.
Las negociaciones que se desarrollan a puerta
cerrada y que deberían continuar el martes, ponen
en presencia a la delegación marroquí encabezada
por Chakib Benmoussa, ministro del Interior, y la
del Frente Polisario, presidida por Mahfud Ali
Beiba, presidente del Parlamento Saharaui.
A estas negociaciones están invitadas como países
vecinos observadores Argelia y Mauritania, como se
sabe. La delegación argelina está encabezada por
el secretario general del ministerio de Asuntos
Exteriores, el embajador Ramtane Lamamra, y la de
Mauritania por Sidi Mohamed uld Bubacar, antiguo
primer ministro durante la transición.
Las delegaciones argelina y mauritana no
participan en las negociaciones directas marroquí-saharauis
y sólo se les consulta para asuntos que pueden
afectarles, como estipula el último informe del
Secretario General sobre la situación en el Sáhara
Occidental presentado el pasado 13 de abril al
Consejo de Seguridad.
Como consecuencia de ese informe, el Consejo de
Seguridad aprobó el 30 de abril una resolución, la
1754, que reafirmó el derecho del pueblo saharaui
a la autodeterminación y pidió negociaciones
directas sin condiciones previas con el fin de
llegar a una solución justa, duradera y mutuamente
aceptable.
Las actuales negociaciones de los días 18 y 19 de
junio en Manhasset se mantienen bajo los auspicios
de Naciones Unidas de acuerdo con las
recomendaciones de la resolución 1754.
Fuentes de la ONU indicaban el lunes que hay mucha
esperanza en que estas negociaciones marroquí-saharauis
''marquen una nueva etapa'' en la búsqueda de una
solución definitiva del conflicto del Sáhara
Occidental, solución que pueda garantizar al
pueblo saharaui la libre elección de su destino,
apartar toda amenaza de desestabilización regional
y favorecer la construcción de un Magreb unificado
y solidario.
"Todo fracaso de estas negociaciones, en las que
la comunidad internacional tiene grandes
esperanzas, será un pesado bloqueo político con
graves consecuencias para las partes en conflicto
pero también para el Magreb y para África'',
comentó un responsable de la ONU, afirmando que
todas las partes implicadas son conscientes de lo
delicado de este asunto y expresan su deseo de que
se supere la situación actual''.
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