En el marco del año 2007, Año Internacional de
Solidaridad con la RASD, se ha organizado para el
26 y 27 en Tifariti (territorios liberados de la
RASD) una Conferencia Internacional consagrada a
la lucha del pueblo saharaui. La conferencia
reunió a numerosos participantes llegados de los
cinco continentes:
Organizada por primera vez en Tifariti, en las
zonas liberadas, esta Conferencia reviste una
importancia muy especial puesto que coincide con
la conmemoración por el pueblo saharaui del 31
Aniversario de la República Árabe Saharaui
Democrática.
La Conferencia RINDE HOMENAJE a la lucha por la
independencia nacional que lleva a cabo el pueblo
saharaui bajo la dirección del Frente Polisario
desde hace más de tres decenios contra la
ocupación ilegal de su país por el Reino de
Marruecos.
Esta lucha perseverante emprendida en el estricto
respeto a la legalidad internacional esta
sustentada por la voluntad de un pueblo que ha
dado pruebas de su determinación en lograr su
plena libertad y construir su futuro en paz, en
democracia y en libertad.
Igualmente, esta lucha encuentra su legitimidad en
los principios de la Carta de las Naciones Unidas
y en una multiplicidad de resoluciones que
reconocen el derecho de los pueblos sometidos a
una ocupación colonial a la libre determinación.
La Comunidad internacional, gracias al sacrificio
consentido en el pasado por decenas de pueblos en
África, Asia y América latina, ha convenido en
considerar como crimen internacional el hecho de
intentar privar por la fuerza a un pueblo de este
derecho, derivándose de esta consideración el
deber de todos los Estados del mundo de ofrecer a
dicho pueblo apoyo y solidaridad hasta la
consecución de su legitimo objetivo nacional.
Los reunidos reiteran su firme condena a la
agresión militar y política desencadenada en
octubre de 1975, por el Reino de Marruecos contra
el pueblo saharaui en el marco de los acuerdos
ilegales de 14 de noviembre de 1975 en virtud de
los cuales la antigua potencia administradora del
Sahara occidental, España, faltó gravemente a las
responsabilidades que como tal le incumbían y le
incumben todavía en conformidad con el dictamen de
la ONU de 29 de enero 2002, respecto a la
culminación plena del proceso de descolonización
del Sahara occidental.
La Conferencia felicita a la RASD y a Mauritania
por la firma del acuerdo de paz de 5 de agosto de
1978, por el que Mauritania optó por el respetó
de la legalidad internacional y en una actitud de
coherencia política y en ejercicio pleno de su
soberanía, estableció relaciones oficiales con su
vecina, la RASD. La Conferencia alienta a los dos
países, hermanados por múltiples y valiosos lazos,
a fortalecer continuamente sus relaciones
bilaterales, a consolidar el Estado de Derecho, y
a defender los principios contenidos en las Cartas
de la ONU y de la Unión Africana, en tanto que
factores esenciales para afianzar la paz y la
seguridad en le región, paso ineludible para el
despegue definitivo del proyecto unitario magrebí.
La Conferencia felicita vivamente a la Unión
África por la defensa de dichos principios, y de
manera particular el principio de la libre
determinación de los pueblos y países coloniales a
si como el de la intangibilidad de las fronteras,
que había mostrado al haber admitido a la RASD
como Estado miembro de pleno derecho de la familia
de naciones africanas libres y soberanas.
La conferencia rinde homenaje al apoyo brindado a
lo largo de estas décadas por Argelia a la
legítima lucha del pueblo de la RASD por su libre
autodeterminación e independencia, posición
constante inspirada en el apego indefectible de
ese gran país a los valores y enseñanzas derivadas
de la heroica lucha del pueblo argelino por su
independencia.
La Conferencia agradece profundamente la
solidaridad y apoyo político y diplomático tanto
bilateral como en los foros internacionales de
decenas de países de África, América latina,
Caribe y Asia a la justa causa del pueblo
saharaui. En ese contexto, la conferencia extiende
su sincero agradecimiento a todas las fuerzas
políticas, parlamentarias y entes locales y
autonómicos y a las organizaciones no
gubernamentales representativas de la sociedad
civil en Europa, América latina, Estados Unidos
que han acompañado al pueblo saharaui con su
aliento y apoyo humanitario y material para paliar
las dificultades y privaciones de todo género
sufridos como consecuencia de la guerra de
conquista y rapiña colonial emprendida por el eino
Marruecos.
La Conferencia ha abordado con profundidad el
estado actual del proceso de paz del Sahara
occidental puesto en marcha en 1990-91 por las
naciones Unidas en el marco delo Plan de arreglo
aprobado por el Consejo de seguridad por las
resoluciones 658 y 690 y aceptado por la potencia
ocupante, Marruecos, y el Frente POLISARIO
legítimo representante del pueblo saharaui. El
objetivo explicito de dicho proceso era y ha de
continuar siéndolo, el permitir al pueblo saharaui
ejercer su inalienable derecho a la libre
determinación dentro de las opciones estipuladas
por dicho plan, a través de un referéndum
organizado y supervisado por la ONU en cooperación
con la Unión Africana.
Dicho plan, que refirma el contenido de las
resoluciones adoptadas por la Asamblea general
desde la década de los sesenta así como el
contenido del dictamen del tribunal de la haya de
16 de octubre de 1975 sobre el Sahara occidental,
reconoce que la cuestión Saharaui representa un
problema de descolonización que no puede ser
resuelto sino con la aplicación de los principios
de derecho internacional contenidos en la Carta
magna de la descolonización estipulada en la
celebre resolución 1514(XV) de la asamblea
general. En este marco, las naciones Unidas
reconocieron y siguen reconociendo que Marruecos
mantiene una ocupación ilegal de un Territorio
que no le pertenece y sobre el cual no ejerce ni
puede ejercer de forma valida ningún atributo de
soberanía.
Los participantes están convencidos de que la vía
refrendaría es el único medio pacífico y legal que
cuenta con el apoyo unánime de la Comunidad
internacional para alcanzar una solución justa,
pacífica y definitiva del conflicto del Sáhara
Occidental. El pueblo saharaui, es el único
depositario del derecho a la autodeterminación de
su territorio, y nadie y menos aun, la potencia
ocupante, puede determinar en su lugar el destino
de su país.
Por consiguiente, la Conferencia CONDENA la
política de ocupación y de opresión que mantiene
Marruecos en el Sáhara Occidental, así como su
estrategia de contrariar y hacer fracasar los
esfuerzos y les decisiones de la Comunidad
Internacional. Su rechazo del Plan de arreglo y de
los Acuerdos de Houston, que había por tanto
aceptado y firmado, así como su oposición al Plan
de paz (Plan Baker) aprobado por el consejo de
seguridad en resolución 1495(2003) constituyen
pruebas de mala fe, y de una voluntad deliberada
de seguir desafiando las resoluciones del Consejo
de Seguridad y de la Asamblea General, que
reconocen al pueblo saharaui su derecho a la
autodeterminación.
El estatuto definitivo del territorio del Sáhara
Occidental es prerrogativa exclusiva de su
pueblo. En este marco, el proyecto unilateral
marroquí de la llamada « autonomía »,en el marco
de su pretendida soberanía sobre el Sahara
occidental que ningún país ni organismo
reconocen, busca pervertir la legalidad
internacional aplicable a una cuestión de
descolonización al tratar de imponer al pueblo
saharaui y ala comunidad internacional un” hecho
colonial” vergonzoso e inadmisible en pleno siglo
XXI. Todo país respetuoso de si mismo y de la
legalidad internacional debe rechazar esta nueva
tentativa de cuño colonial dirigida a legitimar
los frutos de una agresión colonial perpetrada
contra un pueblo en detrimento de sus derechos a
la libertad y a la independencia. La Conferencia
desea hacer patente su asombro y sorpresa ante el
hecho de que Francia, por boca de su presidente,
haya calificado dicho intento de
« constructivo » cuando se trata de una violación
flagrante del derecho internacional encaminada a
privar a un pueblo de su derecho a la libre
determinación. Francia, en cuanto miembro del
Consejo de Seguridad y partenaire del presente y
futuro de la región magrebina ganaría en
credibilidad si llegara a hacer uso de su
influencia política y diplomática para lograr
que Marruecos cooperase con la ONU en la
celebración del referéndum de autodeterminación al
que se había comprometido en virtud de la apoyo
unánime del Consejo de seguridad del plan de
arreglo, de los acuerdos de Houston y del Plan
Baker.
Los participantes consideran que la pseudos
solución llamada propuesta de autonomía en el
marco de la soberanía marroquí constituye una
peligrosa “fuga hacia delante” que hará elevar la
tensión en el Territorio, y en la región y cierra
de forma definitiva las vías hacia un arreglo
pacifico, justo y definitivo del conflicto.
La Conferencia DECLARA el proyecto marroquí de
nulo y sin valor jurídico o legal. Los
participantes piden a Francia y a su Gobierno que
reconsideren su posición, y que abandonen su
alineamiento con las tesis expansionistas
marroquíes mantenido en detrimento de la legalidad
internacional y de las obligaciones y
responsabilidades contraídas con la región del
Maghreb cuya configuración futura no puede ser
realizada sobre la base de la modificación por la
fuerza de las fronteras heredadas de la época
colonial y sobre la base de la violación del
principio cardinal de la libre determinación del
pueblo saharaui, ultima colonia en África.
La Conferencia RECUERDA a España su
responsabilidad política, jurídica y ética en la
tragedia que sigue viviendo hoy el pueblo
saharaui. Habiendo superado con éxito la etapa
transitoria y consolidado su democracia, y
teniendo en cuenta esa responsabilidad y e sentir
de la inmensa mayoría de la sociedad civil, la
España oficial debe revisar su posición actual a
fin de jugar el papel que le incumbe como antigua
Potencia administradora y contribuir de manera
honesta y tangible a la solución justa y
definitiva del conflicto del Sáhara Occidental
sobre la base del respeto a la legalidad
internacional.
La Conferencia LAMENTA que, a pesar de l
transcurso de más de tres décadas, la actitud del
Gobierno español no haya estado a la altura de esa
responsabilidad ineludible. La reciente venta
masiva de armamento a Marruecos y su decisión de
abstenerse de apoyar la pasada resolución de la
asamblea general de la ONU sobre el Sahara
occidental, son hechos graves que no hace sino
alentar a Marruecos a proseguir en su rebelión
contra el derecho internacional y a intensificar
la violación de los derechos humanos en las zonas
ocupadas del Sahara occidental.
La Conferencia lanza un llamamiento a la sociedad
civil, a los pueblos y a todas las fuerzas
democráticas del Estado español que intervengan
urgentemente para detener esta operación de venta
de armamento a Marruecos cuyos efectos políticos
sobre el terreno, la paz y la estabilidad en la
región son de extrema gravedad
La Conferencia RECUERDA a la Unión Europea su
parte de responsabilidad en el la continuación del
conflicto del Sahara occidental. La Unión Europea,
gran proveedor de Marruecos, no debe permitir a
este país la violación de los términos y
obligaciones derivadas de los acuerdos de
asociación, especialmente aquellos que están
relacionados con el respeto a los Derechos
Humanos. Sin embargo, es un hecho reconocido
públicamente por difrentes organismos
gubernamentales y no gubernamentales como el Alto
Comisario de la ONU encargado de los derechos
Humanos, Amnistía internacional, Human Rights
Watch… que Marruecos continua violando
masivamente los derechos humanos en el Sahara
occidental, y que esta violación tiene su raíz en
la violación del derecho a la libre determinación
del pueblo saharaui.
NO trabaja a favor de la credibilidad
internacional de la Unión Europea cerrar los ojos
ante lo que acontece en el Sahara occidental o
aplicar dos pesos y dos medidas en su
consideración de la situación de los derechos
humanos en el mundo y de manera particular si
esta violación es perpetrada por países que
reciben, como Marruecos, una ayuda financiera y
económica multiforme de la Unión.
La Conferencia quiere REITERAR SU DENUNCIA de la
política marroquí encaminada a implicar empresas
Gobiernos extranjeros en la política de saqueo de
los recursos naturales y des riquezas haléuticas y
energéticas del Sáhara Occidental
En este marco, el acuerdo de pesca firmado por la
Unión Europea con Marruecos a instigación de
España y Francia es un acto contrario a la
legalidad internacional ya que incluye
ilegalmente las aguas jurisdiccionales del Sáhara
Occidental. Es un acto de explotación ilegal de
las riquezas naturales del pueblo saharaui sobre
las cuales el derecho internacional le reconoce
soberana permanente. Constituye además un acuerdo
que otorga beneficios económicos y financieros a
la potencia ocupante del territorio, alentado de
esta manera su continua rebelión contra la
legalidad internacional. La Conferencia considera
dicho acuerdo como ilegal y pide su revocación
inmediata.
Con motivo de su visita a los campamentos de
refugiados saharauis y a algunas de las zonas
liberadas de la RASD, los participantes han podido
constatar las duras condiciones de vida de esas
poblaciones agravadas por la dureza del entorno
geográfico. La superación definitiva de estas
condiciones dramáticas tendrá lugar con el
advenimiento de la solución justa y definitiva del
conflicto. Dicha solución, consagrada por la
Comunidad internacional en el año 1990-91 fue
saboteada por Marruecos ante la pasividad del
Consejo de seguridad de la ONU.
No obstante, la realidad es evidente ya que el
desencadenamiento del conflicto y su prolongación
ha provocado que miles de saharuis, mujeres,
ancianos y niños, emprendieran el éxodo y la
resistencia contra la ocupación de su patria por
las fuerzas invasoras.
Dichas poblaciones, determinadas también a
preparar el futuro de su país en los terrenos de
la educación, salud, administración, economía
finanzas..etc han conocido una explosión
demográfica real y el transcurso de más de tres
décadas desde el inicio de la ocupación ilegal del
territorio por Marruecos, ha creado un drama
humano que constituye una afrenta a la conciencia
universal.
La tardanza de las agencias de la ONU,
especialmente el ACNUR y el PAM – en su compromiso
con los refugiados saharauis provoca una legitima
preocupación y plantea serias interrogantes sobre
la posibilidad de una agenda oculta dirigida a
ejercer presión sobre le pueblo Saharaui
encaminada a persuadirle a renunciar a su derecho
la independencia.
La Conferencia lanza un LLAMAMIENTO ENÉRGICO a
esas agencias, a la Unión Europea y a toda la
Comunidad Internacional, para que contribuyan con
toda urgencia a asegurar una ayuda humanitaria
suficiente respetuosa de la dignidad y de los
cercos legítimos de un pueblo victima de una
guerra colonial impuesta.
En los territorios ocupados la situación no deja
de agravarse, Marruecos continúa allí su represión
y sus persecuciones contra la población saharaui –
hostigamiento diario de los activistas de los
Derechos Humanos, torturas, juicios inicuos,
condiciones carcelarias inhumanas, etc. La
gravedad de la situación llego a limites sin
precedentes tras el desencadenamiento de la
intifada pacifica en mayo del 2005. El mundo
entero, y en primer lugar la ONU a través de la
MIURSO presente en el terreno, pudo comprobar la
ferocidad de esta represión contra la población
saharaui. Cárceles medievales llenas de presos
políticos, torturas, desapariciones, detenciones y
procesos arbitrarios es el lote diario de una
brutal ocupación colonial. Un informe específico
de la alta comisaría de la ONU encargada de los
derechos humanos detalló, en septiembre 2006, el
horror que viven las poblaciones saharuis en las
zonas ocupadas. A las legítimas reivindicaciones
que expresan de forma pacifica en defensa de los
derechos de su pueblo, Marruecos responde con la
represión feroz, con la violencia policial. En los
momentos actuales, 38 presos políticos saharauis
están en huelga de hambre desde el 30 de enero, y
su situación se degrada día tras día…
La Conferencia DENUNCIA la violación por
Marruecos de los derechos humanos en el Sahara
occidental y desea expresar su firme apoyo y
aliento a la resistencia heroica de la población
saharaui y exige de Marruecos que ponga fin a su
política de opresión y de represión. PIDE a las
Naciones Unidas que haga público el informe del
Alto Comisario de los Derechos Humanos sobre el
Sáhara Occidental (15/23 de mayo, 19 de junio
2006). La Conferencia PIDE al Secretario General
de la ONU y al Consejo de Seguridad que amplíe las
competencias de la MINURSO para incluir entre
ellas la defensa de los Derechos Humanos y la
protección de la sociedad civil de los territorios
ocupados.
La conferencia ha podido constatar que a pocos
kilómetros de la localidad Tifariti, las
autoridades de ocupación han erigido un vergonzoso
muro de más de 2.700 kilómetros que separa a un
pueblo, divide familias enteras, sembrado de
minas y de instrumentos de muerte. Encarna la
ocupación, la lógica de la fuerza…
Esta muralla constituye un insulto a la
consciencia universal, a la dignidad humana,
revela la verdadera cara de la ocupación ilegal
del Sáhara Occidental por Marruecos, de su
política expansionista y de sus violaciones de
los Derechos Humanos. El muro de la vergüenza
erigido a todo lo largo del Sáhara Occidental
separa al mismo pueblo desde hace más de 30 años,
y concentra los medios de destrucción
terroríficos, entre ellos millones de minas de
todo tipo que provocan muerte y desolación entre
la población saharaui sin hablar de las
desastrosas consecuencias ecológicas para la
ganadería y la fauna del territorio.
Marruecos, que se niega a firmar las convenciones
y tratados que prohíben el uso de las minas
(Convención de Ottawa, llamamiento de Ginebra…),
es culpable de este caos, de los estragos de ese
muro que por su concepción y arquitectura
recuerda otros muros de siniestra memoria,
condenado a caer y a desaparecer un día. Los
participantes EXIGEN el desmantelamiento de ese
muro de la vergüenza.
En el Sáhara Occidental hay urgencia, es necesario
actuar.
La Conferencia manifiesta su más enérgica condena
a la escalada marroquí y hace un llamamiento
urgente a la ONU y en especial a su SG y al
Consejo de Seguridad, para que exijan a Marruecos
el respeto a sus compromisos acordados en el Plan
de arreglo de 1991 y de los acuerdos de Houston de
1997.
La Conferencia considera que no hay más solución
justa, legítima, democrática y aceptable, que la
que tenga en cuenta el respeto a la voluntad del
pueblo del Sahara Occidental y que no es más, que
el respeto al derecho internacional y a las
resoluciones de las Naciones Unidas.
La Conferencia exige al gobierno marroquí el poner
fin a la feroz represión que ejerce contra la
población civil saharaui en los territorios
ocupados, liberar a todos los presos políticos y
permitir la visita de los observadores
independientes y de las ONG.
La Conferencia reafirma su plena solidaridad con
la legítima lucha del pueblo saharaui y decide un
plan de trabajo encaminado a poner en práctica
esta solidaridad en el terreno político,
parlamentario, social, económico, humanitario a
escala mundial.
Los participantes agradecen a las autoridades
políticas, militares y administrativas saharuis la
contribución inestimable prestad para el éxito de
la Conferencia.
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