El representante del
Frente Polisario ante de la ONU, Bujari Ahmed, ha
afirmado en la cuarta Comisión (encargada de las
cuestiones políticas especiales y de la
descolonización) que el pueblo saharaui es "el
único depositario" de la soberanía sobre el Sáhara
Occidental y advierte que Marruecos "juega con el
fuego".
En ese sentido, el representante del Frente
Polisario ante de la ONU ha rechazado de forma
"categórica" e "inapelable", la autonomía que
Rabat desea sustituir al Plan Baker, estimando que
es "el pueblo saharaui y solamente él quien tiene el
derecho legítimo, reconocido por las cartas de la
ONU y de la Unión Afrricana" de decidir sobre la
cuestión de la soberanía, "a través de la
celebración de un referéndum de autodeterminación
justo y libre, organizado y supervisado por las
Naciones Unidas".
A continuación el texto íntegro de esa
intervención, copia de la cual ha llegado a SPS:
INTERVENCION DEL F. POLISARIO ANTE LA IV COMISION
DE LA ONU
4-5 de Octubre 2006
"Señor
Presidente, honorables Miembros de la Comisión,
Quisiera antes que nada agradecerles, en nombre
del Frente Polisario, la oportunidad de estar hoy
ante esta importante Comisión encargada de la
descolonización.
Señor Presidente,
La continua ocupación colonial del Sáhara
Occidental por Marruecos constituye un desafío a
los principios de la Carta de la ONU y a la
autoridad y credibilidad de esta Organización.
En abril de este año, el Secretario general de la
ONU presentó un informe al Consejo contenido en el
documento S/2006/249 sobre la situación relativa a
la descolonización del Sáhara Occidental. En dicho
informe, recuerda al Consejo que ningún país del
mundo ha reconocido a Marruecos su pretensión de
soberanía sobre nuestro país. Al mismo tiempo, el
Secretario general considera que la ONU, no puede
endosar ningún Plan de paz para el Sáhara
Occidental que excluya -como lo desea Marruecos- el
derecho a la libre determinación del pueblo
Saharaui. En dicho informe, el Secretario general
deja también constancia de su profunda
preocupación ante el deterioro de la situación de
los derechos humanos en el Sáhara Occidental
Quisiera abordar en primer lugar esta última
cuestión.
En mi intervención figuran en anexo pruebas
gráficas de la barbarie y del grado de crueldad en
que ha degenerado la represión marroquí contra la
población civil Saharaui. Decenas de saharauis,
hombres y mujeres, han sido encarcelados y
torturados mediante técnicas medievales, incluido
el rociar de gasolina al preso y prenderle fuego,
como lo prueba el caso del joven Salek Saidi, que
figura en la segunda página del anexo. Cometer
tales crímenes es indigno de un Estado miembro de
la ONU que es a su vez miembro del Consejo de
Derechos Humanos.
Como resultado de la represión, han muerto desde
mayo de 2005 tres ciudadanos saharauis. Tumbas
secretas de 50 saharauis que habían desparecido
tras su secuestro por las fuerzas de ocupación
marroquíes tras su invasión a nuestro país fueron halladas el año pasado en el sur de
Marruecos por una instancia oficial marroquí.
Esta pudo haber sido también la trágica suerte
corrida por el resto de los desparecidos, entre
ellos 526 civiles y 151 militares. La tristemente
célebre Cárcel Negra de El Aaiún sigue llena de
presos saharauis, al tiempo que 29 presos
políticos sentenciados recientemente a duras penas
por tribunales políticos marroquíes continúan su
huelga de hambre. El pasado 23 de septiembre
tuvieron lugar nuevas manifestaciones pacíficas a
favor de la independencia en la ciudad de El Aaiún,
que fueron reprimidas con manifiesta brutalidad,
resultando varias personas heridas y 40 detenidas.
La Alta Comisaria de la ONU encargada de los
Derechos Humanos, tras varios intentos que fueron
frustrados por la obstrucción del Gobierno
marroquí pudo finalmente enviar en mayo pasado
una delegación al territorio Saharaui. Su
informe, que realza la importancia del respeto del
derecho del pueblo Saharaui a la libre
determinación, confirma la gravedad de la
situación relativa a los derechos humanos en las
zonas ocupadas de nuestro país.
Marruecos intenta cubrir estos crímenes derivados
de su ocupación ilegal mediante el cierre del
territorio a los observadores independientes, al
tiempo que recurre a la política de
descalificación del adversario como hiciera el
Apartheid con la ANC y la Swapo, a la búsqueda de
chivos expiatorios en terceros países como
hicieron todos los colonialismos, y a la técnica
del ladrón que grita …¡al ladrón! de la que oiremos
mucho aquí.
Señor Presidente,
Marruecos ha complicado gravemente el proceso de
paz y ha colocado a la ONU en una situación
extremadamente delicada de la que debe saber salir
si quiere conservar su credibilidad. Tras haber
saboteado el proceso refrendario que la ONU había
puesto en marcha en 1991, Marruecos intenta hoy
vender la idea de la posibilidad de una
pseudo-solución a la descolonización del Sáhara
Occidental contraria al derecho a la libre
determinación del pueblo Saharaui. Para este
propósito, ha lanzado una ruidosa campaña en
dirección de ciertas capitales de países miembros
del Consejo de seguridad y otros, a quienes la
potencia ocupante desea implicar en la operación.
Marruecos especifica que dicha solución es una
llamada “autonomía” para el Sáhara Occidental
partiendo de la ilusión de considerar de antemano
a nuestro país como parte integrante de su
territorio. Como dijo el Secretario general en su
informe de abril pasado nadie le reconoce a
Marruecos esta soberanía.
La idea nace muerta y nuestro rechazo a ella es
categórico e inapelable. Y ello por las razones
objetivas siguientes. El pueblo Saharaui es el
único depositario de esta soberanía y sólo él está legitimado por la Cartas de la ONU y de la Unión
Africana a decidir sobre esta cuestión esencial a
través de un referéndum de autodeterminación justo
y libre, organizado y supervisado por las Naciones
Unidas. Si este pueblo decide querer ser parte de
Marruecos, es su derecho y debe ser respetado. En
este supuesto, que Marruecos otorgue o no un
status administrativo autonómico se convertiría en
un asunto interno marroquí. Pero si el pueblo
Saharaui elige ser una nación independiente, su
decisión debe ser igualmente respetada y a partir
de ahí la forma de cómo quiera organizar
administrativamente su Estado se convierte en un
asunto de su exclusiva competencia. Esta es la
esencia de la sabiduría del mensaje de los
autores de la Resolución 1514 (XV) llamada Carta
Magna de la Descolonización.
De otro lado, la pseudo-solución conlleva en las
circunstancias actuales serias consecuencias cuya
responsabilidad debe ser asumida por Marruecos. El
Gobierno marroquí debe no perder de vista que
poner fin al Plan de arreglo y al Plan Baker
implica necesariamente poner fin al alto el fuego
que las dos partes habíamos acordado como elemento
inseparable del proceso referendario que había
justificado el envío al Territorio de la
MINURSO.
Marruecos está jugando nuevamente con fuego,
abusando de sus relaciones bilaterales con ciertas
capitales y podría terminar empujando al pueblo
Saharaui y a la región a una situación de extrema
tensión y riesgos que se han querido evitar hasta
ahora.
Llegados a este punto, la posición del F.
Polisario, Señor Presidente, respecto a la
solución del conflicto es clara y conocida.
Estamos ante un problema de descolonización
inscrito en las agendas de esta Camisón y del
Comité Especial de los 24 desde la década de los
sesenta. Como tal, la ONU asume una
responsabilidad particular a la que no puede
renunciar ni abandonar a los cantos de sirena de
la llamada “real politik” insuflada recientemente
por el gobierno marroquí en ciertos oídos.
El referéndum de autodeterminación que estipulan
los Planes de paz aprobados por el Consejo de
seguridad y aceptados por las dos partes fue y
sigue siendo la única solución política mutuamente
aceptable y la única endosada por las Naciones
Unidas. Marruecos aceptó de forma solemne y
voluntaria esta solución democrática y puso como
testigo al Consejo de seguridad y a toda la
Comunidad internacional. Nadie le obligó y nadie
le indujo a error. Un Estado que se respete a sí mismo debe respetar sus propios compromisos. Para
el Frente Polisario, la vía del referéndum de
autodeterminación es, en todo caso, algo esencial,
irrenunciable, no negociable.
La lógica política, el interés de la ONU en proteger
su credibilidad y una visión mínimamente decente
del futuro de los pueblos de esta región,
recomiendan la aplicación de este principio, ya
que nadie, incluida la potencia ocupante, debe
cometer el error de intentar determinar
unilateralmente el futuro de un pueblo objeto de
una ocupación colonial sin consultar de forma
válida a dicho pueblo.
Este error se cometió en 1975 cuando Marruecos
decidió ocupar militarmente el Sáhara Occidental.
Sus trágicas consecuencias son todavía
tangibles para los pueblos Saharaui y marroquí y
para toda la región.
En el pasado se imputaron a la Guerra Fría gran
parte de los errores cometidos tanto en el Sáhara
Occidental como en otras partes del planeta. Hoy
sería injustificable. La solución justa y duradera
del conflicto del Sáhara Occidental es fundamental
para la seguridad y la estabilidad de esta región
del norte de Africa, próxima a Europa, abierta a
la globalización, que quiere progresar en paz y en
libertad. Esa solución pasa por un referéndum de
autodeterminación.
La ONU no debe temer a su Carta y Marruecos, si
es honesto con sus proclamas públicas, debe
cooperar, poner fin a la ocupación ilegal de
nuestro país, a las violaciones de los derechos
humanos, a la política de la doble moral, del
doble estándar, y no temer a las soluciones
democráticas preconizadas por la Comunidad
internacional.
Muchas gracias".
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