Tal y como informa el Servicio de Prensa Saharaui, el
Frente Polisario ha pedido a la Unión Europea que se
abstenga de aprobar un acuerdo de pesca con Marruecos que
incluye las aguas territoriales saharauis, que considera
"ilegal" y "peligroso para toda la región", ha indicado la
representación saharaui en Bruselas, citada por la APS.
En un memorándum dirigido a los eurodiputados y a las
instituciones europeas, el Frente Polisario pide a la UE
que "respete la legalidad internacional" porque este
acuerdo ha sido concluido con "una potencia ocupante" y no
una "potencia administradora de facto ni de jure".
La comisión "Pesca" del Parlamento Europeo acaba de avalar
la conclusión del acuerdo de pesca UE-Marruecos, arguyendo
"sus efectos positivos sobre la población", y dotándolo de
una cláusula que estipula que si se revela que este
acuerdo es contrario a los "compromisos internacionales",
será suspendido inmediatamente.
En efecto, exige "que en caso de probarse que la
utilización regulada por el acuerdo incumple los
compromisos internacionales, la Comisión deberá tomar
medidas inmediatas para suspender el acuerdo".
El acuerdo de pesca con Marruecos autoriza a 119 barcos
europeos, especialmente franceses, españoles y
portugueses, a acudir a pescar en las aguas marroquíes y
saharauis.
Prevé igualmente una cuota anual de 60.000 toneladas para
la pesca pelágica industrial, principalmente de las flotas
de Europa del Norte. La contribución financiera de la UE
por sus capturas ha siso establecida en 36,1 millones de
euros por año.
El acuerdo deberá ser sometido a su aprobación en la
sesión plenaria del Parlamento Europeo los próximos días
15 y 16 de mayo en Estrasburgo, lo que debería permitirle
entrar en vigor el 1 de junio, y autorizará a la UE a
ratificarlo antes de que se produzcan las primeras
capturas el 30 de junio próximo.
La representación saharaui ante la UE afirma que "bajo la
presión interesada de algunos países miembros", la UE
"está a punto de cometer un grave error aventurándose por
un camino peligroso que puede tener consecuencias
irreversibles sobre el actual proceso de paz en el Sáhara
Occidental y por consiguiente en toda la región".
El Polisario "rechaza el falaz argumento de la UE según el
cual el acuerdo tendría consecuencias positivas sobre la
población" y considera que aceptar este acuerdo de pesca
ilegal como un hecho consumado es "una política errónea y
reprensible que agravará aún más la situación".
En efecto, afirma, "la población saharaui no obtendrá
ningún beneficio de este acuerdo, como fue el caso de los
siete acuerdos precedentes, a causa de la ocupación del
Sáhara Occidental por Marruecos".
¡Pescad en otra parte!
La
coordinadora de la campaña internacional anti-Acuerdo de
Pesca UE-Marruecos, por su parte, pidió el jueves a los
miembros del Parlamento Europeo que voten contra dicho
Acuerdo si no se modifica de forma que garantice la
exclusión de las aguas territoriales saharauis de su campo
de aplicación.
"War
on Want", principal motor de la campaña anti-Acuerdo que
milita bajo el lema "¡Pescad en otra parte!", ha pedido a
los diputados europeos que voten contra este Acuerdo dado
que el grupo consultivo jurídico francés "SHERPA" ha
emitido un nuevo parecer jurídico, que ha estimado que
dicho Acuerdo viola el derecho internacional y no toma en
consideración la especial situación jurídica del Sáhara
Occidental, tal como la definen las Naciones
Unidas.
Los
diputados europeos deben dedicarse a introducir la
modificación requerida con el fin de que se garantice que
las aguas territoriales del Sáhara Occidental quedan
excluidas del campo de aplicación del Acuerdo, ha
insistido el portavoz de la campaña, Nick Dearden,
añadiendo que el Acuerdo modificado debe limitarse a las
aguas territoriales marroquíes ya que, señaló, el Sáhara
Occidental es un territorio no autónomo.
Por
otra parte, Dearden ha exhortado a los parlamentarios
europeos a que sigan el ejemplo de la empresa petrolera
norteamericana (Kerr McGee) que ha decidido suspender sus
actividades de prospección de petróleo en los territorios
saharauis y no renovar el acuerdo firmado en octubre de
2001, que había levantado una ola de críticas y de
condenas que ha llevado a la empresa a dar marcha atrás y
plegarse a la voluntad de la comunidad
internacional.
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