El
pasado sábado, un grupo de refugiados saharauis se
concentró frente a la sede de la ACNUR en los campamentos
de refugiados saharauis para protestar contra la falta de
seriedad y los incumplimientos de la ONU en el programa de
intercambio de visitas familiares que se lleva a cabo
entre los campamentos de refugiados y las zonas ocupadas
por Marruecos.
“Lo
lógico es que estas visitas, incluidas entre las medidas
de fomento de la confianza de la ONU, deberían servir
realmente para que los saharauis de las dos partes del
muro militar marroquí se viesen después de 30 años de
separación forzosa a causa de una ocupación que nos impide
vivir libres en nuestra tierra”, afirmó Hamada Jatari, uno
de los presentes en la concentración.
Hamada, como el resto de los concentrados, exigió “tener
derecho a disfrutar del programa de visitas entre
familias, un aumento del periodo de las visitas, así como
un incremento del número de beneficiarios del programa”.
“Es inconcebible que no se cumpla con el programa solo
porque Marruecos lo obstaculiza; es algo que inaceptable
por parte de la ACNUR, que se dice imparcial”, subrayó.
La
presencia de Hamada entre los manifestantes no es casual,
ya que es, según su testimonio, uno de los más afectados
por la irresponsabilidad de la ACNUR en este programa: “la
primera vez que fui incluido en uno de los grupos para
visitar a mi padre, enfermo, fui rechazado sin recibir
ningún tipo de explicaciones. La segunda vez, ya había
fallecido mi padre, pero también fui rechazado. Los
funcionarios de la ACNUR alegaron la decisi&aocute;n al
fallecimiento de mi papá (..) ¿Habéis visto semejante
falta de consideración? Por eso no aceptaremos esta
desgracia otra vez y abogamos por nuestros derechos.”
Por
otra parte, la misma fuente añadió que las informaciones
disponibles indican que “la ACNUR incumple con los
refugiados saharauis porque el Estado saharaui le otorgó
total libertad a la ACNUR para llevar las riendas de este
tema, mientras que las autoridades de Rabat manejan a su
antojo a los funcionarios de la MINURSO y de otras
organizaciones de la ONU y les dicta las normas que deben
seguir, y también obstaculiza algunos candidatos a las
visitas por razones políticas”.
Los
presentes en la concentración aseguraron que continuarán
sus protestas hasta que el organismo y los responsables
internacionales les den respuesta, y amenazaron con asumir
métodos más contundentes si no se atiende a sus demandas.
Fuentes diplomáticas del Polisario afirman que no
constituye un secreto para nadie la “vergonzosa
implicación” entre las autoridades marroquíes y
funcionarios de las organizaciones de la ONU, por ello
Marruecos obstaculiza este proceso, limitando los cupos a
40 beneficiarios, entre las dos partes, para cada visita.
Entre los más dañados por las trabas marroquíes se
encuentran los que intentan visitar la capital, El Aaiún,
dado el clima de manifestaciones y protestas a favor de la
independencia que se ha convertido en el pan de cada día
desde finales de mayo del año pasado. El gobierno marroquí
se opone a aumentar el número de beneficiados de este
programa o cualquier cambio en este sentido, imponiendo
una serie de medidas que dificultan las visitas. Un
ejemplo de este hecho es el caso del preso político
saharaui Mohemad Dadach, a quien le fue denegada la
autorización, a pesar de haber sido invitado por los
organizadores del programa. |