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Diario Cambio (Uruguay) |
Un gobierno en el exilio |
Montevideo,
04/01/2006 |
Por Alfredo López Períes |
Uruguay acaba de establecer relaciones diplomáticas con la
República Arabe Saharaui Democrática (RASD) cuyo gobierno,
en el exilio, reclama a Marruecos, sin resultados
positivos, la entrega de un territorio de 266.000 km2
ubicado en el noroeste de Africa donde en medio del
desierto viven apenas 267.000 personas.
La mediación de las Naciones Unidas tampoco resultó
fructífera y la cuestión se debate, sin demasiado
entusiasmo, en un comité de descolonización.
Los saharauíes declararon su independencia después que
España abandonara su territorio en 1976 y establecieron su
base de operaciones en la vecina ciudad argelina de
Tindouf. El ex Sahara Occidental fue ocupado por España
desde 1885, pero también detentaron su parte de su
territorio Francia y Mauritania.
El principal brazo político y militar de los saharauíes es
el Frente Polisario que en épocas anteriores mantuvo
graves enfrentamientos bélicos con sus vecinos y hoy lucha
por «la salvaguardia de la independencia nacional», «la
integridad territorial» y «el ejercicio del derecho
inalienable», según afirma en su declaración de
principios.
La Corte Internacional de Justicia, que funciona en La
Haya, determinó en octubre de 1975 que el Sahara no forma
parte de la integridad territorial de Marruecos. Aunque
esta república no forma parte de las Naciones Unidas, es
miembro pleno de la Unión Africana.
En el comunicado conjunto del 26 de diciembre de 2005,
firmado por los cancilleres Reinaldo Gargano y Hohamed
Salem Uld Salek, se indica que el gobierno uruguayo tomó
esa decisión «en base a los principios de
autodeterminación de los pueblos, no intervención en los
asuntos internos de otras naciones y el respeto a la
soberanía nacional».
Como se recuerda en el mencionado documento conjunto,
Saharauí es la única nación árabe de habla española donde
gran parte de su población en berebere acostumbrada a
sobrevivir en el desierto con temperaturas máximas que
llegan a los 55° C.
La RASD forma parte de la región del Magreb («lugar donde
se pone el sol», la parte más occidental del mundo
musulmán) junto con Marruecos, Libia, Túnez, Argelia y
Mauritania, un área de 5.785.000 km2 y más de 76 millones
de habitantes.
La decisión del gobierno de Tabaré Vázquez disparó de
inmediato la ira del Reino de Marruecos y el diario «Aujuourdïhui
le Maroc» que se edita en francés en Rabat, se refirió a
presuntos vínculos entre el Frente Polisario y la red
terrorista Al Qaeda. En Rabat, la cancillería afirmó que
Uruguay cometió un acto «hostil e inamistoso» al
establecer relaciones con el RASD.
La medida del gobierno uruguayo se suma a la que en su
momento adoptaron medio centenar de países que mantienen
vínculos oficiales con la República Saharaui. El grupo
comprende, en Latinoamérica, a Venezuela, Bolivia, México,
Paraguay y Cuba. En Africa su principal aliado es Argelia,
en cuyo territorio está establecido el gobierno en el
exilio.
Su población empobrecida a tal extremo que en gran parte
emigró a campos de refugiados que funcionan en Argelia. La
esperanza de vida es de sólo 49 años y la tasa de
mortalidad infantil una de las más altas del mundo.
El ex Sahara Español, que en su momento fue un excelente
escudo protector de las Islas Canarias, cuenta con
recursos naturales más que atractivos. En sus costas de
1.100 kilómetros de longitud, se encuentra el principal
banco pesquero del mundo y el subsuelo alberga yacimientos
de fosfatos y hierro.
A mediados de diciembre, la organización Amnistía
Internacional, denunció que el gobierno de Marruecos
encarceló a siete defensores saharauíes de los derechos
humanos en un juicio que duró pocas horas.
Como los casos de otros territorios coloniales (Islas
Malvinas, Gibraltar, Guayana Francesa, Bermudas, Guam,
Samoa Americana, entre otros) es muy difícil que la
comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas,
encuentre una solución a los reclamos de independencia del
pueblo saharauí. |
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