Como viene siendo habitual, decenas de
personas convocadas por las asociaciones de derechos
humanos se concentraron frente al tribunal de El Aaiún
durante la apertura del último juicio contra activistas
saharauis, el 30 de noviembre. Los manifestantes, que
portaban banderas saharauis y no cesaron de gritar
consignas por la liberación inmediata de los detenidos de
la Intifada de la Independencia, aprovecharon la ocasión
para expresar la unidad del pueblo saharaui y el apoyo de
éste a los luchadores de esta nueva revuelta pacífica.
Grupos de estudiantes trataron igualmente
de unirse a la concentración, pero fueron bloqueados por
varias dotaciones de la Policía Urbana, que, bajo el mando
del conocido torturador Eché Abu El Hassa, procedió a
disolverlos con violencia. En la refriega, las fuerzas del
orden detuvieron al estudiante Malainin Lakhafouni. Tras
introducirlo en un vehículo Land Rover fue conducido a
comisaría, donde recibiría numerosas patadas e insultos
por parte de los agentes, para ser liberado dos horas más
tarde.
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