En el momento en que se celebra el 57
aniversario de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos nosotros nos encontramos ante un gran desafío dada
la escasez de acciones tomadas por el mundo para proteger
a la población saharaui, convertida en objetivo de una
salvaje represión y en sujeto de graves violaciones de
derechos humanos por parte de las autoridades marroquíes.
En este año, han sido protagonistas de las mayores
masacres en el suelo del Sáhara Occidental, lo que supone
una continuación de su campaña de tortura, represión,
violaciones, detenciones masivas y expatriaciones
forzosas, cuyo resultado aparece representado en la cifra
de 500 desaparecidos saharauis. Y ante todo esto, solo
vemos alguna denuncia aislada por aquí, otra por allá,
pero ningún resultado concreto. La fuerza de los derechos
humanos corre hoy en día un grave peligro debido a la
represión y tortura que sufren sus defensores.
En este día mundial los manifestantes
saharauis de las ciudades del Sáhara Occidental y de las
universidades de Marruecos están sufriendo en sus carnes
la represión, ya que las autoridades les impiden
manifestarse libremente, conculcando sus derechos de
reunión y organización.
Por otro lado, el Tribunal de Apelación de
El Aaiún está de nuevo preparado para retomar el proceso
contra los detenidos políticos saharauis en unas
condiciones preocupantes, algo que resulta habitual si
tenemos en cuenta su historia, repleta de procesos
injustos.
El asesinato de dos civiles saharauis por
las fuerzas del orden marroquíes es el resultado de la
política de crímenes y represión de las autoridades
monárquicas, las cuales encuentran en el silencio
internacional un aliado para cometer otros crímenes
similares.
En el Día Mundial de los Derechos Humanos,
debemos recordar en primer lugar las violaciones sufridas
por los saharauis en este campo y la obligación que tiene
la comunidad internacional de tomar las medidas necesarias
para obligar al régimen marroquí a cesar su actitud. La
MINURSO, por su parte, debe dejar de ser una observadora
pasiva de los crímenes que cotidianamente sufren los
saharauis y pasar a intervenir para garantizar su
protección.
Como conclusión de este comunicado,
renovamos nuestro compromiso con el pueblo saharaui y con
los mártires a seguir en el camino de la lucha hasta que
finalice esta situación y consigamos la alternativa que
nuestro pueblo merece, la independencia.
Los presos
políticos del “Grupo de los 38”
Cárcel Negra de El Aaiún, 10 de diciembre de 2005
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